Vergüenza
Vergüenza he sentido en los últimos meses.
Vergüenza que me ha dejado perpleja y hundida cuestionándome la seriedad y
realidad de este país.
La verdad es que no recuerdo una situación
similar donde la falta de respeto hacia los ciudadanos de un pueblo haya sido tan desastrosa. El panorama de
gobierno no pasa por el mejor de sus momentos. Y aunque teóricamente esto
podría resultar verdaderamente interesante, nuestros políticos se han encargado
de convertirlo en lo peor. La ruptura del bipartidismo, el movimiento urbano,
la protesta y el desencanto del ciudadano, prometía cierto movimiento del mundo
político.
Sin embargo, no se ha visto ninguna
renovación, ninguna revolución, nada que hiciera creíble un cambio por muy
pequeño que fuera. No hemos visto campaña política; no se han puesto sobre la
mesa la realidad del país. Sólo hemos visto un grupo de politicuchos que entre corruptelas, tráfico de influencias,
latrocinios, prebendas, puertas giratorias, injerencias entre poderes y demás mamandurrias, se dejan llevar al más
profundo y obsceno agujero de podredumbre y miseria tanto financiera como
ideológica.
Hemos visto una campaña más cercana al vodevil,
más parecido a un espectáculo de mises
que pelean por una foto y una banda que les aúpe a un pedestal de marketing
y "belleza " efímera carente
de sustancia. Hemos visto poca realidad política y mucha venta de imagen
pública del candidato al trono. Sólo ha habido pose. ... Postureo.
Y todo ello,
amparado por los palmeros del cuarto poder que se "lo han trabajado
" para convertir la política en un espectáculo de tercera lleno de
indignos actores y actrices que como marionetas se dejan meter la mano por sus.
....oscuras traseras para conseguir un aplauso.
Y ahora nuestros políticos se olvidan de la
realidad de este país de forma tan banal que duele. Olvidan lo realmente
importante, olvidan el desempleo, los desahucios, el abandono de los
dependientes, los derechos de educación
pública, el tejido industrial,
Me temo que lo verdaderamente importante se ha
dejado, como siempre, en segundo lugar
mientras se han dedicado en campaña y precampaña a pasearse por los escenarios,
a descender de grandes escaleras, a lucir sus mejores sonrisas, tan hermosas
como fariseas.
Disculpadme pero me avergüenzo de todos y cada
uno de ellos. Carecen de dignidad para proclamarse nuestros representantes. Me
hacen vomitar.