jueves, 3 de abril de 2014

Los preFEridos



Los preFEridos

Estaba leyendo en la cama y debido a la falta de brazos me ayudaba de un “chindogu”, un artilugio oriental que muchos catalogaríais como "friki" pero que resulta funcional a más no poder. Aquí hay algunos ejemplos (mi teoría es que la bata-manta se inspira en estos “gadgets” tan creativos):

Chindogus de ayer y hoy

Como decía. Estaba en la cama con mi chindogu, leyendo el libro del Wyoming. Tras varias sonrisas cómplices de precalentamiento, cual adolescente metiendo poco a poco la mano bajo una camiseta para tocar su primera teta, me encuentro con un párrafo que me lleva directamente a una sucesiva serie de carcajadas (6.5 en la escala que sea). Tal es el descojone que me veo obligado a incorporarme para no morirme de la tos.

A tomar por culo el chindogu. A tomar por culo Japón.



El párrafo empezaba con la siguiente oración: España, es el país preferido de la Virgen. Menuda putada, pensé. Ya es un marrón que te eche el ojo un magnate que quiere construirte una mega ciudad de casinos al lado de casa, pero una virgen con superpoderes…

La virgen es esa figura a la que se le reza para que llueva en épocas de sequía. Sin resultado alguno. En cambio, en Semana Santa, cuando multitud de creyentes vuelcan todo su fervor en ella, va la tía y hace que llueva a cántaros. Eso amigos míos, en mi pueblo se llama vacilar al personal. Me quedo con el magnate, con él por lo menos se puede fumar. Además, siempre he sido más de fiesta pagana (hay mucho más cachondeo y menos recogimiento… palabra chunga donde las haya). 


La cuestión es que ya sea por chistosos caprichos meteorológicos, o por escasez de fe en lo etéreo y prohibitivo, he llegado a la siguiente conclusión: o no hay dioses o están por todas partes, como los charlies. Eso de un solo dios se me queda cortito. Las deidades están allí donde cada cual quiera ver una. En un árbol, un río, un chiste de Gila, una hamaca de velcro, una cupletista venida a menos o una botella de agua casi vacía que alguien ha dejado en la nevera sin consideración alguna por el sediento que venga detrás.

Cuando digo cualquier cosa, es cualquier cosa. 




Porque lo bueno de la espiritualidad y las creencias es que son de cada uno. El problema viene, cuando unos pocos (normalmente bien armados y con mucha pasta) obligan al resto a creer en lo mismo. Pero eso queridos amigos, es otro sermón.  


Escrito a mano by Pollo sin brazos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario