Ciudades sin abrazos
Ciudades sin abrazos,
eso es lo que tenemos. Y no hablo de abrazos físicos entre personas, que
también escasean dicho sea de paso, sino
de los abrazos que una arquitectura urbana puede y debe regalar.
Pasear por algunas ciudades se convierte últimamente en un
paraje desolador de cemento y bolardos además de los numerosos baches, agujeros
e incluso socavones de aceras y calzadas. Pero todo ello se endulza con la
falta de rincones donde reposar. Hoy las calles y plazas carecen de bancos
donde descansar. Igual por ser ya una anciana busco reposo a mis largos paseos
de urbanita.
Pero no sólo somos la tercera edad sino también las madres y
padres que pasean con sus niños o todo tipo de personas que circulan por las
calles de algunas ciudades de este país . Se echa en falta la presencia de
bancos (no, no me refiero a esos que nos
roban a expuertas los ahorros de nuestras vidas que esos aunque han descendido
en número, abundan en nuestro país)
Sí, esos bancos de madera, piedra,
hierro o qué se yo que otro material, que recogen nuestros culos cansados en un
perfecto abrazo.
Algunos gobiernos municipales incluso han "capado"
los asientos de las paradas de autobuses, dejando mini-asientos para evitar que
los más desfavorecidos carentes de un techo propio o ajeno, hagan noche en los
mismos (ya se sabe, no velarán por los
ciudadanos de este país pero el maquillaje turístico estará siempre en sus
manos).
Cuesta un triunfo localizar un asiento en las calles de mi
ciudad, se hace casi imposible abrir un grifo de una fuente pública (Igual esto último sea por la falta de
negocio de éstas para los negocios lucrativos que acaparan nuestros bienes
básicos). Por ello la gente ha de invadir incómodos espacios para descansar.
Alcorques, enormes maceteros decorativos,
escalones de escalinatas o inclusive,
las sillas de terrazas si estas carecen de clientes y con el beneplácito
del dueño.
No quiero ser mal pensada pero igual la ausencia de bancos
en algunas ciudades se deba a ese interés de reactivación económica. Si no puedes
sentarte en la calle, igual optas por
sentarte en una terraza; si no puedes beber de una fuente pública, consumes bebidas embotelladas. O tal vez es que intentan que regresemos a
aquellos años en los que los vecinos sacaban sus sillas a las calles. Ay no, que igual lo consideran una reunión
ilegal y somos todos detenidos, previo apaleamiento policial claro está.