domingo, 4 de octubre de 2015

Ciudades sin abrazos by La PutaVieja



Ciudades sin abrazos



Ciudades sin abrazos,  eso es lo que tenemos. Y no hablo de abrazos físicos entre personas, que también escasean dicho sea de paso,  sino de los abrazos que una arquitectura urbana puede y debe regalar.
Pasear por algunas ciudades se convierte últimamente en un paraje desolador de cemento y bolardos además de los numerosos baches, agujeros e incluso socavones de aceras y calzadas. Pero todo ello se endulza con la falta de rincones donde reposar. Hoy las calles y plazas carecen de bancos donde descansar. Igual por ser ya una anciana busco reposo a mis largos paseos de urbanita.
Pero no sólo somos la tercera edad sino también las madres y padres que pasean con sus niños o todo tipo de personas que circulan por las calles de algunas ciudades de este país . Se echa en falta la presencia de bancos  (no, no me refiero a esos que nos roban a expuertas los ahorros de nuestras vidas que esos aunque han descendido en número,  abundan en nuestro país) Sí,  esos bancos de madera, piedra, hierro o qué se yo que otro material, que recogen nuestros culos cansados en un perfecto abrazo. 


Algunos gobiernos municipales incluso han "capado" los asientos de las paradas de autobuses, dejando mini-asientos para evitar que los más desfavorecidos carentes de un techo propio o ajeno, hagan noche en los mismos  (ya se sabe, no velarán por los ciudadanos de este país pero el maquillaje turístico estará siempre en sus manos).
Cuesta un triunfo localizar un asiento en las calles de mi ciudad, se hace casi imposible abrir un grifo de una fuente pública  (Igual esto último sea por la falta de negocio de éstas para los negocios lucrativos que acaparan nuestros bienes básicos). Por ello la gente ha de invadir incómodos espacios para descansar. Alcorques, enormes maceteros decorativos,  escalones de escalinatas o inclusive,  las sillas de terrazas si estas carecen de clientes y con el beneplácito del dueño.
No quiero ser mal pensada pero igual la ausencia de bancos en algunas ciudades se deba a ese interés de reactivación económica. Si no puedes sentarte en la calle,  igual optas por sentarte en una terraza; si no puedes beber de una fuente pública, consumes  bebidas embotelladas.  O tal vez es que intentan que regresemos a aquellos años en los que los vecinos sacaban sus sillas a las calles.  Ay no, que igual lo consideran una reunión ilegal y somos todos detenidos, previo apaleamiento policial claro está.



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