viernes, 14 de febrero de 2014

Amor.


- Ding dong
- ¿Hola?
- ¿Me abres por favor?
- ¿Quién es?
- Soy el Amor.
(Nuestro personaje mira por la mirilla de la puerta)
- Lo dudo mucho.
- ¿Por qué?
- Porque no creo que el Amor tenga pinta de funcionario de correos. Y eso es lo que es usted.
- Es que voy de incógnito. Y por favor, tutéame. ¿Me abres la puerta?
- Es que no esperaba visita. Me pillas en pijama-chándal.
- Eso es lo que tengo yo. Que aparezco cuando menos te lo esperas.
- Esta bien, te abriré la puerta, pero no te acomodes, no te vas a quedar mucho tiempo.
- Eso decís todos al principio.
(Nuestro personaje abre la puerta y deja pasar al Amor, pero sólo un ratito)
- Estaba a punto de prepararme un café. ¿Quieres uno?
- Soy más de té, gracias.
(Los dos se van a la cocina. Mientras preparan el café y el té, nuestro personaje aprovecha para hablar de aquello y de lo otro con el Amor)
- Amor.
- Dime.
- Hace mucho tiempo que dejé de creer en ti.
- ¿Por qué?
- Porque la experiencia me dice que en general no sabemos mantenerte o cuidarte.
- ¿Y eso?
- En mi opinión, hay tres cosas que son imprescindibles para que puedas aparecer, y nunca he tenido una pareja con quien las haya tenido todas.
- Soy todo oídos.
- La primera es el DESEO. Acabé harto de escuchar aquello de "el deseo poco a poco va dejando espacio a la confianza y otros grandes valores de la pareja..." ¡¡Pero que tremenda gilipollez es esta!! Hay espacio para todo. El DESEO puede ser eterno, sólo hay que cuidarlo un poco. ¡¡Follemos!! Bien y mucho.


- La segunda es la EMPATÍA. Si no te pones en el lugar del otro y tratas de comprender sus razones y sus por qués, nunca llegarás a querer plenamente. Esta es sin lugar a dudas la virtud que más escasea. Hay demasiado Yo, Yo, Yo y después Yo.

Mayoría oprimida

- Y la tercera, más que una virtud es una realidad innegable. En una relación hay que CURRAR. Currar mucho. Cada día. Valorando lo que se tiene y Keep in it steady.




- Por cierto, ¿cuantas cucharadas de azúcar te echo Amor?
- Dos. Generosas. Gracias.
- Toma tu té.
- ¿Me lo das en un vaso de plástico?
- Sí. Para que te lo puedas llevar.
- Entonces ¿no te apetece que me quede un rato?
- Claro que me apetece, pero no es el mejor momento. Otra vez será.










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