Buenos imbéciles y cabrones
Cuántas veces uno se siente como un imbécil cuando hace algo
por alguien? Con qué facilidad se le queda a uno cara de gilipollas al
comprobar que se ríen en tu propia cara cuando encima te has preocupado por
algo o alguien? Cuántas veces nos hemos identificado con esa frase popular de tan bueno eres que eres tonto. Pues sí,
en mi caso, unas cuantas. Y estoy segura de que más de uno/una ha sentido lo
mismo más de una vez. Y el que no lo confiesa o miente o bien es un verdadero
cabrón.
Por ello, opté por unirme a estos últimos. A fin de cuentas son los que mejor viven. El
día a día, acaba demostrando que quien se pringa por algo o alguien, al final
sale espoleado. Y sin embargo, el que no se moja, queda libre de culpa y además
se escaquea de cualquier responsabilidad.
Y acabamos viendo ésto en nuestras vidas comunes y
ordinarias y también a gran escala, en los políticos, las instituciones
públicas y privadas, todos al final acaban creando la misma escena. En un lado
aquellos que se comprometen con alguna causa perdida o que se preocupa por
aliviar la vida a alguien. Y en el lado
opuesto, el que haciendo nada, consigue ser alabado por los demás y carece de
sensación de responsabilidad.
La cara de tonto que se nos queda cuando hacienda te
persigue por 4 duros (Sí, soy vieja y sigo pensando en pesetas) y aquellos que vilmente
roban millones, ven sus casos prescritos. El estupor que bulle cuando te niegan
un derecho porque al ministro de turno se le ocurrió cierto día eleminarlo de
la lista legal y sin tan siquiera contar con la opinión popular. Y por
supuesto, la imagen de lila que reflejas cuando alguien te pide ayuda, tu te
desvives por el/ella y al final, como dice el refrán, ni pagados ni agradecidos.
Pues si, al final opté por afiliarme a ese grupo de cabrones
que arrancan su corazón y así, dejan de sufrir. Y sí, llamadme lo que queráis
pero los de este club, al final salen indemnes. Y egoístamente piensan única y exclusivamente en sí mismos. Y dándole
la razón a Marx, esta brutal sociedad capitalista que hemos creado, nos empuja
a ello y desgraciadamente, al final seremos muchos más en este club.
Serán los años y la numerosas bofetadas recibidas pero mucho
ha de cambiar mi vida y el mundo en general para que cambie. Cada vez soy más
selectiva y hasta lo gratuito como un beso o una sonrisa, cada día los
racionalizo más. Borde? Sosa?
Siesa? Seca? Pues sí y sin gana de
cambiar porque cada día me siento mejor actuando así.
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